domingo, 3 de abril de 2011

FALACIA, SOFISMA Y ENTIMEMA

FALACIA, SOFISMA Y ENTIMEMA

Muchas veces nos ha pasado en la vida  cotidiana que tenemos un pensamiento que no es correcto o acorde a la realidad, pero tenemos la firme creencia que es cierto, realizamos conclusiones o deducciones a partir de una idea falsa, que construimos a través de la observación  y análisis de acontecimientos  que nos guían  a un pensamiento errado.  Lo mismo sucede en la ciencia, ya que se pueden formular hipótesis basadas en algún pensamiento o creencia, pero que al comprobarlos  y contrastarlos con otras teorías, resultan falsos.

El lenguaje natural es ambiguo, y en muchas ocasiones las estructuras de las oraciones también son ambiguas, ya que las palabras que utilizamos son imprecisas, pues estas pueden tener uno o varios sentidos o significados, dependiendo el contexto en el que se usen, y es precisamente el uso incorrecto del lenguaje lo que nos lleva a construir pensamientos incorrectos.

Un silogismo está constituido  por un conjunto de tres enunciados simples, infiriéndose la tercera premisa que es la conclusión de las dos anteriores.

También existen enunciados defectuosos, que surgen a través de un enlace o unión de palabras incorrectas, pueden generar mayor confusión cuando se utilizan algunos paralogismos de cuantificación, como son las frases: para todo a, existe un b que,   todos, ninguno ya que expresan generalidades. Es así como surgen la falacia, el sofisma y el entimema.

Falacia:

Proviene del inglés fallacy,  y significa que  una argumentación que no respeta una de las reglas que aseguran la validez del silogismo. Es una incorrección en el contenido de la construcción de las premisas o en el proceso del razonamiento.


Sofisma:

Es una conclusión falsa que se obtiene a través de dos o mas premisas  que son erróneas, pero que aparentan verdad.
También se usa el sofisma alterando alguna conclusión e interpretándola de manera errónea para pretender darle validez a una falacia.

Entimema:

Es enunciado en el que se han suprimido  alguna de las premisas o alguna conclusión que lo componen por considerarse  parte de esa misma premisa. La premisa general se puede omitir  ya que es bien conocida por los participantes en la interacción.

Por ejemplo -Tendríamos que dejar de mentir-  El maestro ha dejado de hacerlo-

Es un argumento que tiende a una conclusión, la cual sería deberíamos abstenernos de mentir.
Igualmente, si alguien expresa “tengo calor”, podría deducirse que necesita beber algo, o que quiere que encendamos el ventilador o aire acondicionado.

Estos conceptos son similares, pero existen  mínimas diferencias que nos permiten  verificar si  estamos planteando nuestros enunciados de una manera correcta, y la manera en que nos daremos cuenta de la veracidad o falsedad de nuestros  argumentos, es contrastándolos y tratando de falsear su contenido con argumentos que sustenten lo contrario a lo que planteamos, y si aún así subsiste nuestra premisa, entonces nuestra conclusión y argumento serán sólidos.



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